Los vaqueros son una prenda atemporal que siempre está de moda. Pitillo, pata de elefante, campana, boyfriend, pirata... Todos tienen sus seguidores y la capacidad de ser combinados con otras prendas de un estilo totalmente distinto.
Muchas veces nos encontramos con que, a pesar de tener varios pantalones vaqueros en el armario, todos son muy parecidos y nos apetece cambiar. Pero ¿cómo podemos modificar el estilo de nuestros pantalones de forma económica? Pues tan sencillo como subiéndonos al carro de la moda DIY (do it yourself o hazlo tú mismo).
Entre los múltiples recursos para decorar o cambiar la apariencia de la prenda, está la opción de desgastar los vaqueros, un efecto tan de moda actualmente. A partir de esta idea, podemos hacer tres cosas: rasgarlos, desgastarlos o las dos a la vez. Antes de hacer cualquiera de las tres opciones es recomendable que lo hagamos sobre un vaquero viejo al que no le tengamos especial cariño, por si cometiésemos alguna torpeza o el resultado no es lo que esperamos. Una vez seleccionado el pantalón, vamos con el proceso.
Rasgarlos es de lo más sencillo. ¿Qué necesitamos? Lápiz o tiza de sastre, una buena tijera y papel de lija áspero; sin olvidar, un lugar donde apoyar el pantalón y que podamos ver bien, a ser posible con luz natural.
Nos ponemos los vaqueros y ante un espejo decidimos dónde queremos rasgarlos y la longitud o anchura del corte. Marcamos con la tiza todos aquellos lugares que más nos gusten y, a continuación, los colocamos sobre la superficie plana elegida. Una buena idea es poner un trozo de cartón en el interior de la pernera que vamos a cortar, para evitar que la tijera atraviese la parte trasera del pantalón en un descuido. Una vez colocado, con las tijeras cortamos por la línea marcada, habitualmente horizontal.
Si somos más atrevidos también podemos optar por el desgarro. Introducimos la tijera y hacemos un pequeño corte para ayudarnos, y una vez abierta la tela, tiramos de ella para conseguir un roto más natural. Ahora bien, es muy importante hacer eso alejados de las costuras, ya que un tirón desafortunado podría echar a perder el pantalón.
Una vez realizados los cortes, cogemos la pinza y con ella vamos tirando de las hebras sueltas de los hilos. Lo mejor es tirar de los hilos de colores, dejando a la vista únicamente los blancos. Pero ¡ojo! No es posible retirar absolutamente todos los hilos coloreados, algunos permanecerán estáticos. En un principio puede parecer que a su alrededor aparezca un poco de pelusa, pero eso desaparecerá con el lavado.
Si lo que queremos es ponernos el vaquero en ese momento, para evitar la pelusa y los restos de hilos no tenemos más que pasar un rodillo para pelusas. Al ser un objeto carente de agresividad sobre el tejido, podemos usarlo tantas veces como veamos necesario.
¿Y para qué queremos el papel de lija? Es puramente opcional. Sirve para frotar un poco la zona recortada, de manera que podamos conseguir un efecto de desgaste. Este paso deberíamos darlo antes de retirar los hilos y podemos repetirlo tantas veces como queramos aumentar el efecto.
La práctica de desgastar los vaqueros es una de las más demandadas y más fácil de hacer. En este caso, tenemos dos opciones con piedras pómez.
¿Cómo? La primera y más cómoda elección es metiendo los vaqueros en la lavadora con piedras pómez y sin usar jabón. Ponemos el lavado habitual (con agua fría) y ¡voilà! Los pantalones salen con un evidente desgaste. Este método lo podemos repetir tantas veces como queramos hasta conseguir el efecto de desgaste deseado. Una vez tengamos el desgaste que buscamos, entonces ya podemos lavar el pantalón de forma habitual con detergente y suavizante.
La segunda alternativa es pasar la piedra pómez manualmente sobre el pantalón. Lo más común es desgastar la zona de los muslos y las tibias o los bolsillos traseros, pero siempre podemos hacerlo donde más nos apetezca.
Colocamos el pantalón sobre una superficie lisa y frotamos con la piedra pómez unas cuantas veces en la misma dirección y otras tantas en sentido perpendicular (ángulo recto). Repetimos la operación hasta que quedemos satisfechos con el resultado.
En caso de no tener piedra pómez, podemos sustituirlo por papel de lija de granulado gordo para las zonas que más queremos destacar y una más fina por el resto del pantalón, pero debemos ser más cuidadosos, ya que el papel de lija podría llegar a romper la tela de los vaqueros.
Decíamos al principio que ambas opciones, -rasgado y desgastado- podían ser combinables. Si nos animamos a ello, el proceso sería el mismo aunando los pasos de las dos selecciones.Realizamos primero los cortes que, en este caso, ya que posteriormente vamos a desgastar la tela, recomendamos hacerlos únicamente en dirección horizontal.
Igual que en el proceso de corte, cogemos la pinza para retirar los hilos sobrantes y a continuación pasamos la piedra pómez o el papel de lija sobre los cortes, recordando hacerlo siempre en la misma dirección.
Para finalizar el proceso, solo queda meter el pantalón en la lavadora con jabón para que, con el agua, el propio tejido haga su trabajo. El efecto del desgaste será mayor una vez lavados, que irá a más a medida que pase el tiempo. Eso sí, cuando los vaqueros han pasado por este proceso, se recomienda lavarlos con menos frecuencia, ya que de lo contrario se desgastarán mucho más rápido.
Consejos: al hacer las marcas para los cortes, hay que calcular dibujarlas, aproximadamente, medio centímetro más pequeñas de lo que realmente queremos, ya que con el uso y los lavados van a agrandarse las aberturas.
Es recomendable dejar un espacio de un par de centímetros de distancia entre cada corte para evitar que se junten demasiado y que con el desgaste llegue a producirse una sola abertura demasiado grande.
No hay que olvidarse de sacar los bolsillos antes de realizar los cortes, ya que podemos cortarlos y romperlos. Para darles un toque original, podemos pasar una lima por la parte superior de los mismos. El resultado final es que hemos cumplido el objetivo de desgastar los vaqueros.
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